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sábado, 11 de junio de 2016

Historia del servicio de mesa y banquetería

                   Historia del servicio de mesa y banquetería


       Publicado por CHEF RUBÉN ROMERO AIVAR en  ABRIL 19, 2011




En la vida profesional de cocina existe un gran segmento que generalmente requiere de mucho desempeño físico, análisis de campo, costeos perfectos, desarrollo de menús y mucha precisión en conjunto con un equipo de trabajo bien entrenado: La banquetería.
En general la gastronomía se califica como una sola y muchas veces no se observa a detalle lo específica que puede ser una labor destinada a un tipo de servicio en particular.

Por eso es importante describir a groso modo, parte por parte la extensa historia y aportaciones de las distintas culturas que han formado la gastronomía que hoy en día trabajamos remontándonos un poco a los orígenes.
Edad Antigua
La banquetería a través del tiempo ha sido un icono referente al servicio de los alimentos y es necesario remontarnos hasta el año 7000 A.C. cuando surge la primera civilización oriental y tuvo su primer gran imperio con Hammurabi que une a sumerios y acadios con capital en Babilonia.
Esta importante ciudad fue una de las grandes capitales del mundo, llena de lujos y fastuosidad, Baltasar hijo de Nabucodonosor ofreció un célebre festín a “mil de los grandes de su corte”.
Egipto fue otra de las grandes civilizaciones antiguas que duró muchos siglos pues inició hacia el año 5000 A.C. y tuvo tres imperios: El imperio antiguo, medio y nuevo; abarcando desde el año 2800 a.C. hasta el 1100 a.C.
Las condiciones de vida de altos mandos y aristócratas fue bastante buena, pero la vida del campesino fue bastante mala.

Las tierras a orillas del Nilo dieron muchas cosechas abundantes en trigo, ajos, poros, cebollas, melones, sandías, higos, dátiles, granadas, uvas y almendras. La cosecha de granos destacó al ser necesaria para la elaboración de la bebida nacional más importante: la cerveza.

En Egipto se han encontrado vestigios arqueológicos relacionados con la panificación y a su vez un sin fin de vasijas estandarizadas en forma y colores usadas por sirvientes etíopes que servían vino de Alejandría y ofrecían viandas innumerables a los faraones de aquel entonces.

Por parte de los Hebreos, constituían un clan nómada hasta fines del segundo milenio a.C.
Al igual que en muchas civilizaciones orientales, la hospitalidad con huéspedes o extranjeros, les lleva a atenderlos bien y proporcionarles alimento.
La celebración más importante para los judíos así nombrados por el reino de Juda, es la pascua. En esta se sigue todo un ritual y una serie de normas alimenticias que indican la forma de alimentarse dentro de la familia debiendo consumir un cordero o cabrito sin defecto, macho y del año, asado al fuego, con panes ázimos y hierbas amargas. Por siete días deben comer pan sin levadura; el primero y el último son considerados días solemnes y no debe de efectuarse ninguna obra servil, excepto las que pertenecen a la comida.

De la alianza entre los medos y los persas del siglo VI a.C., subió al trono un patriarca persa a quien la historia llamó Ciro el Grande y quien fue creador del imperio Persa (546-539 a.C.)
Fue un gran rey, admirado incluso por sus enemigos y pueblos por él conquistados.
En un principio la alimentación del pueblo se constituía de pan, pescado, aceite de ajonjolí y vino. Solían comer una especie de masa de pescado que preparaban los asirios y que a veces horneaban como si fuera un pan.

Darío el Grande (521-485 a.C.) ofreció en una ocasión un banquete en el que se sirvieron jibas de camello, carne de cebra, avestruz, gacela y antílope. En estos banquetes los invitados solían beber en copas de oro y cada manjar era presentado en platos diferentes. Los salones eran adornados con finos cortinajes, después los invitados podían descansar en camas de plata u oro, ya que los festines duraban varios días.

La Biblia narra un banquete que, con poma y esplendor, dio el rey Asuero (485-465 a.C.) a sus príncipes y ministros, jefes del ejército de los medas y de los persas y gobernadores de las 127 provincias que tenía entonces el gran reino persa. Fueron magníficamente atendidos por el rey durante 180 días y al final dio un festín en el jardín del palacio real en Susa – La capital del reino – a cordones de lino fino y de púrpura, a anillos de plata y columnas de mármol. A este banquete libre de consumo de vino y alimentos solo asistieron los varones, y la reina ofreció otro festín para las mujeres.
China de igual modo juega un papel muy importante en la cultura gastronómica relacionada con el servicio, la civilización inicia entre los ríos Yang-Tse Kiang y Huang-Ho sin dejar a un lado el Si-Kiang.

La civilización china aparece hacia el año 3000 a.C. y en sus comidas consumían pollo, elefante, rinoceronte, buey, carpa y tortuga.
La bebida por excelencia es el té, no se sabe exactamente cuando surge la infusión de la hoja para poderla beber pero fuentes literarias indican que hacia el año 317, el té ya se vendía en las calles de china.

Los chinos tenían ciertas normas de comportamiento que debían tomar en cuenta al tomar sus alimentos, algunas de ellas plasmadas en los antiguos documentos de Li-Ki que datan de unos 3000 años de antigüedad. Entre esas normas estaba no hacer ruido al comer, no llenar demasiado el plato, no revolver el arroz en el bol ni dar alimento a los perros durante la comida.

En Grecia durante el siglo II a.C. hasta el siglo III d.C. se conocían hasta 72 clases de pan que eran elaborados en muy diversas formas. Preparaban pescado con aceite de olivo cocido sobre la leña y conservaban el atún en aceite. Preparaban cerdos rellenos o en embutidos y las aves eran cebadas.
Comían tres veces al día y gustaban de comer acompañados, por lo que hacían banquetes con frecuencia los cuales eran divididos en tiempos: primer tiempo que equivalía a nuestro primer y segundo tiempo ya que el segundo tiempo solamente se destinaba a consumir postres. Los cocineros eran personas muy importantes. El anfitrión proporcionaba baños, aceites, perfumes y ropa limpia a sus comensales y aparece la palabra Symposium que significa comida alegrada con vino, donde se procuraba tener una conversación interesante. Grecia conoció el lujo con sobriedad.
Roma durante el siglo I a.C. hasta el siglo V d.C. se destacó por el lujo y derroche en las mesas y banquetes que ofrecía constantemente por los más diversos motivos.
Los romanos fueron los más grandes anfitriones, sobresalieron en este campo: Lúculo, Apicio y Petronio. Entre los ricos se usaban vajillas finísimas de oro y plata, copas con piedras preciosas incrustadas, utilizaban tres tipos de cucharas, usaban dos tipos de platos y hacían cinco comidas al día: prandium o desayuno, ientacullum o almuerzo, coena o comida, vesperna o cena ligera y comissatio o banquete con los amigos.
En Roma es donde se estructura, por primera vez, una cocina con cierta universalidad de productos. Con el refinamiento y régimen de comidas en ella existentes, la gastronomía se convierte en factor de civilización.

Aparece el mantel, aumenta el uso de piezas de vajilla y cubertería en la mesa.
Marcus Apicius, gran anfitrión romano, escribió su libro “De Re Coquinaria” considerado como el más antiguo libro completo en materia culinaria. Petronio escribió su obra Satyricón donde se burlaba de las costumbres de la época.
Edad Media
Durante la Alta Edad Media en Europa el servicio de mesa se perdió mucho con las invasiones bárbaras y después se fue recuperando. Predominaban ya las mesas rústicas de madera.
En la corte se usaban manteles más o menos finos, dependiendo de la categoría de los invitados; no usaban platos ni servilletas individuales ni tenedores.
La carne se colocaba sobre una hogaza de pan, se cortaba de la fuente con cuchillo y se comía con los dedos.

Con frecuencia había perros debajo de la mesa que comían los sobrantes que los comensales tiraban al suelo. Al final llevaban aguamaniles para limpiarse las manos.
Los frailes fueron quienes inventaron mejores platillos y vinos con tonos frutales, origen de los primeros licores.
En Francia durante la misma época se mejoró el refinamiento en la mesa, se dice que el emperador tenía mesas de oro y plata. En ese entonces se inicia la producción de vino a gran escala dando prioridad al moscatel y tinto mientras que en Inglaterra se dan eficientes métodos de conserva de alimentos como la salazón y las clases económicamente pudientes mandaban a sus hijas a los conventos para aprender buenos modales y normas de etiqueta para la mesa.

Durante el siglo VI hasta el XI en el Bizancio, el lujo y fastuosidad se ve incrementado al grado de recordar los antiguos banquetes romanos y Constantino mandó construir un salón de fiestas.
En este mismo siglo se inicia la costumbre de comer sentados usando vasijas, bandejas y vajillas de oro. Se genera el uso de tenedor y el gusto por la refinada etiqueta.
Mientras el tiempo transcurría la forma de alimentarse y ofrecer banquetes se fue tornando a lo que hoy en día aplicamos en nuestra cultura y ubicación geográfica.
Para finales de la edad media la educación con respecto a las comidas empezaba desde temprana edad. Sus características más sobresalientes eran la sobriedad, el respeto a los demás, y la hospitalidad. Se comía despacio y las normas de urbanidad externa tenían que ser el reflejo de sus sentimientos.
Edad Moderna
En Mesoamérica el refinamiento del servicio se dio no solo en los más altos niveles económicos, sino que en las casas comunes ya se enseñaba la forma correcta de utilizar los utensilios y vajilla destinada a los alimentos.
En los niveles sociales más altos, los banquetes seguían siendo festines ofrecidos durante muchos días, ya acompañados por bebida de cacao y solían comer hongos alucinógenos para “mejorar” su experiencia de saciedad y placer.

En Francia, España e Inglaterra se llega a un punto gastronómico común que empata el género con las siguientes características: Banquetes prolongados, decorados, acompañados de finas vajillas que para ese entonces ya se comercializaban en distintos puntos del mundo para poder llegar a todos los continentes, alimentos de animales de caza de difícil captura o procedencia y a su vez reduciendo los tiempos de los alimentos para llegar como hoy en día a disfrutar los alimentos en tandas reducidas pero ricas en aromas, sabores y presentaciones de gran calidad.
Edad Contemporánea
Esta época inicia en el año 1789 y se mantiene hasta nuestros días y se concentra en Francia ya que ha sido el país con el mayor número de autores y cocineros gastronómicos en el mundo entero.
Francia, considerado el país responsable de la evolución culinaria y tendencias artísticas que forman la raíz de la gastronomía actual da a conocer los autores gastronómicos más importantes de esta era:

Jean Anthelme Brillat Savarin

Grimod de la Reyniére

Antonio Caréme

José Berchoux

El siglo XIX es considerado el siglo de los grandes banquetes, un ejemplo es el banquete llamado “de los tres emperadores” que preparó Dugleré, Chef del Café Anglais, el 7 de Junio de 1867.

La aparición de los restaurantes dio lugar a un tipo de servicio que posteriormente se denominó “americano” en el que los platos se llevan ya servidos desde la cocina.
La belle époque marcó el clímax del refinamiento en parís; el lujo y la belleza en la comida, bebidas, vestido y buenos modales confirmando así a París como la capital del mundo.
Hacia los años 30, Fernand Point inició nuevas formas de preparación: tiempos de cocción cortos para legumbres (“al dente”) y pescados (“en rosa”), buscando así preparaciones menos elaboradas pero de gran calidad.

El servicio ahora se torna menos elegante, se busca rapidez y todos los platillos salen terminados desde la cocina.

La gastronomía toma una nueva forma mostrando piezas y porciones más pequeñas. El uso de las salsas a modo de espejo se convierte en un montaje universal sin la necesidad de naparlas, la gran imaginación para el montaje de platillos surge basándose en el uso de colores contrastantes y vivos decorando de forma original aunque con sencillez.
Bibliografía
  • Barbará Morfín, Cecilia. La nouvelle cuisine. Seminario de investigación, México D.F. 1980.
  • Bearn Pierre. Ce qui doit savoir un gurmand pour devenir un gastronome. Paris gourmand, Quatriéme édition, 1929.
  • Berchoux, Joseph. La gastronomía o Los placeres de la mesa.
  • Bocuse, Paul. Bocuse al alcance de todos. Buenos Aires. Kapelusz.
  • Brillat Savarin, Anthelme. Fisiología al gusto. Madrid, Aguilar, 1987.
  • Camba, Julio. La casa de Lúculo. 5a. ed., Madrid, Espasa-Calpe, 1956.
  • Caréme, Antonin. El gran arte de los fondos.Barcelona, tusquets, 1833.
  • Carson I. A. Ritchie. Comida y Civilización. Madrid, Alianza editorial. 1986.
  • Castro Leal, Diana. “Gastronomía Social”, tesis. México D.F. 1980.
  • Cim, Albert. Le diner des gens de Lettres. París, Ed. Ernest Flammarion, 1903.
  • Corcuera Mancera, Sonia. Entre gula y templanza. México, FCE, 1979.
  • Dupays, Paul. Gastronomie Historique de l’art culinaire. París, Critique, 1953.
  • Escoffier, Auguste. The Escoffier Cook Book. New York, crown, 1975.
  • Grand Larousse de la cocina. Diversos autores. Ed. Planeta de Agostini, Barcelona, 1988.
  • La Cuisine et la Table. 500 ans de Gastronomie. Seuil. París.
  • Sahagún, Fray Bernardino De. Historia general de las cosas de la Nueva España. México, Porrúa, 1956.

martes, 31 de mayo de 2016

Trampantojos



Esto parece una manzana en almíbar con guindillas y nueces troceadas...Sera?

Pues no
         
Es tarkari de cordero con yuca frita, esferificaciones de berro y semillas de Merey  

Como se explica esto en cocina...Muy fácil, simplemente: “nada es lo parece"

 Los trampantojos son elaboraciones que juegan visualmente con el comensal, es decir, parecen una cosa pero en realidad son otras. El objetivo del chef al elaborar un trampantojo es sorprender al cliente poniendo la máxima creatividad y talento en el plato.
Trampantojo es una técnica pictórica que intenta engañar la vista jugando con el entorno arquitectónico, la perspectiva, el sombreado y otros efectos ópticos y de fingimiento, consiguiendo una "realidad intensificada" o "substitución de la realidad". También se utiliza el término "ilusionismo". ..Pero ahora se fue hasta los fogones y vaya que se ha hecho con esto. Una técnica, que importantes chefs han aplicado al mundo de la cocina con muchísimo éxito. El objetivo: divertir al comensal, mostrándole algo que luego no es. Eso sí, no sólo vale la "estética"; el sabor es igualmente importante.
 La cocina es creativa. Cada plato es un lienzo donde el cocinero puede expresar sus emociones de manera tangible y comestible. Esto es parte de los principios gastronómicos, de que plasmemos nuestra imaginación y entreguemos algo verídico y puro. No estamos para engañar a nuestros comensales… ¿o sí?
Veamos esto desde un punto de vista más simple (y menos polémico). En las cartas de restaurantes vanguardistas encontramos platos que llevan Aceitunas falsasCaviar de manzana o Risotto de brotes de soya. En nuestro plato vemos lo antes mencionado y apreciamos como las aceitunas se ven como tal, pero no lo son. Tienen su sabor, color y sabor pero no como la madre naturaleza lo entrega sino como el cocinero ingenió una manera de mostrar aceitunas engañando a nuestra vista. Lo que hizo aquel astuto personaje fue tomar el fruto, licuarlo, potenciarlo con condimentos, agregarle un gelificante y darle la forma ovalada natural ya sea en entorno con cloruro de calcio (para esferificación con alginato) o en aceite gélido (para esferificación con agar-agar u otro hidrocoloide). Todo este proceso de simular un alimento o preparación se denomina Trampantojo.

Este estilo está de moda actualmente, algo que provoca sorpresa y emociones culinarias. Puesto que nuestra mente y paladar esperan un producto como tal lo conocemos y recordamos, pero algo diferente nos llega, y si la pericia del cocinero es buena, puede que hasta el sabor sea mejor.

sábado, 16 de abril de 2016

Origen de la palabra Restaurant

Origen del nombre restaurant o restaurante.  Nombre no tan antiguo como seguramente  muchos puedan imaginar. Hasta mediados del siglo XVIII las tabernas eran el lugar de reunión de aquellos que tras un día de trabajo  deseaban evadirse de sus miserables vidas bebiendo, también era lugar de reunión de pillos, rufianes y  desocupados; estos lugares tenían una reglamentación más o menos estricta referente a la calidad de los productos  que ofertaban, evitando así el beneficio fraudulento como consecuencia de bautizar los vinos con un agua no tan  bendita como podía ser la que corren por los ríos.

Los propietarios de estos establecimientos, como casi todo en la  época, se agrupaban en gremios o sindicatos para auto regular sus actividades y evitar competencias desleales. En Francia, también en España, las tabernas, ventas o los figones sólo podían vender vino, hasta que un día a un negociante se le ocurrió la feliz idea de ofrecer a sus feligreses  algo que calentara sus estómagos y los tonificara cuando el vino les llevara a situaciones límite, una buena forma  para poder vender más vino y hacer más atractivo su negocio. Este hombre casi desconocido se llamaba A.  Boulanger, poco se sabe de él,  sólo datos sueltos.

En el año 1765 nuestro hombre, A. Boulanger, abre un negocio de bebidas en París, en concreto en la calle Des  Poulies, llamado “Champs d´Oiseau”, el cual tenía una inscripción en la puerta que decía: “Venite ad me omnes qui stomacho laboratoratis et ego restaurabo vos”, que significa: “venid a mi todos aquellos cuyos estómagos clamen angustiados que yo los restauraré”. Esta frase pronto se hizo famosa y más adelante su  final, restaurabo con pequeños cambios, fue sinónimo de lugar donde se hacen comidas elaboradas. Pero aquí no termina la historia, ahora viene la parte anecdótica, ya que los otros comerciantes viendo peligrar sus  negocios y creyendo que se extralimitaba en la oferta pactada por todos lo denunciaron a las autoridades las cuales  ordenaron el cierre, abriendo sus puertas después de ganar un juicio contra el gremio de taberneros. Para aquellos que quieran saber cual era la carta de este primer restaurante del mundo he de decepcionar al lector,  sólo se servía un solo plato, sopa de patas de oveja o cerdo en salsa blanca, humilde principio para toda una  industria que raya en el arte en muchas ocasiones. Tiempo después, Cuando empezó a tener éxito, elevó sus precios tan altos, que las personas de sociedad consideraban el visitar el lugar como un signo de distinción. Entonces, amplió su menú, con un sistema evolucionado de organización y especialización del servicio a ofertar, muy distante de la práctica aplicada a las tabernas, mesones y casas de comida de la época, creando un nuevo negocio: el restaurante.
Así, el restaurante se estableció en Francia, donde muchos chefs que trabajaban para familias privadas, establecieron sus propios negocios o fueron contratados por unos nuevos empresarios: los restauradores. No obstante nos encontramos dos casos especiales en la misma ciudad de Paris que son “La Tour d'Argent” (The Silver Tower en inglés, La torre plateada en español) es un negocio que data del año 1582 y que se dice era frecuentado por Enrique IV. Y él “Le Procope” también en Paris cuya fundación fue en 1686. Investigando sobre estos restaurantes a la verdad hoy en día existen, pueden visitar sus páginas en la red y ver toda la información al respecto. Leyendo la historia del primero, claramente dice que se fundo una posada en el año de 1582 a la que se le dio el nombre de Hostellerie de La Tour d'Argent. En cuanto al “Le Procope” se dice que Veinte años después de la introducción del café en la corte de Francia, un siciliano de nombre Francesco Procopio Dei Coltelli tuvo en 1686 la idea de abrir cerca de Saint-Germain-des-Prés un establecimiento donde se probaría este brebaje en sociedad. O sea este hombre abrió fue un Café, el primero de la historia sí, pero no un restaurant. Por lo que es muy difícil refutar que el “Champs d´Oiseau” del señor Boulanger haya sido el primer restaurant como tal de la historia.

Ya en 1794, el concepto de restaurante fue llevado a Estados Unidos, desde Francia, por Jean Baptiste Gilbert Paypalt, fundando el restaurant Julien´s Restorator, donde ofrecía sopas, fondues de queso y trufas. De esta manera comenzaron a fundarse negocios de este y del otro lado del atlántico con el nombre de Restaurant hasta que este nominativo se fue haciendo genérico para este tipo de negocios alcanzando incluso el lejano oriente, En algunos países se modifica a "restoran", "ristorante" (en Italia) o "restauracja" (en Polonia). 

miércoles, 23 de marzo de 2016

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El Aprendiz de Panadero, de Peter Reinhart, un manual considerado como la biblia del pan, ya que nos enseña de la forma más sencilla y fácil a preparar el pan nuestro de cada día, usando las técnicas más artesanas y sabrosas. Aprenderás con sus pasos, así como también le gustarán sus panes.

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martes, 22 de marzo de 2016

Historia de la cocina 3 parte

  1. Caréme es el primero en teorizar sobre las salsas. Antes, las salsas eran un mero listado de elaboraciones. Caréme distingue entre cinco grandes salsas:  la española,  la velouté,  la bechamel,  la alemana y  la salsa de tomate; cada una de estas da lugar a otras salsas derivadas de las mismas, con el simple hecho de añadirle uno o más ingredientes. Aparecen los fogones de hierro con horno y chimenea integrada, que funcionan indistintamente con carbón o madera y sustituyen a las de ladrillo y posibilitan el refinamiento de las técnicas de cocina. Surge el braseado como técnica culinaria para preservar el sabor de las carnes que precisan de una cocción prolongada. Aparecen las conservas en la industria alimentaria, la margarina, el azúcar obtenido de la remolacha, los primeros ensayos sobre la refrigeración por frío en barcos transatlánticos y las primeras cocinas de gas, aunque estos dos inventos no terminan de aparecer en las cocinas hasta el siglo siguiente. Aparece una de las salsas industriales más populares, el kétchup. En el siglo XVIII, los marineros chinos llevaron a América el ketsiap, salsa fría y picante a base de pescado. Fue John Heinz quien, al sustituir el pescado por tomate y añadiendo otras especias consiguió en 1876 el ketchup, apoyado en una gran campaña de marketing. En el final del siglo XIX, la alta sociedad pasa sus tiempos de ocio en la costa, o bien to- mando baños en aguas termales. En estos destinos turísticos, repartidos por toda Europa, va surgiendo una industria hotelera basada en el lujo y con el refinamiento y el gusto francés en su oferta de restauración. Surgen teatros, casinos, balnearios; todo ello con el apoyo del ferrocarril. Cocineros y jefes de sala son franceses o con formación francesa. Lo mismo ocurre en los viajes transoceánicos con los transatlánticos de lujo. En esta misma época la generalidad de los españoles consumía una media de un kilo de pan al día, lo que indica que otros alimentos eran muy escasos.
  2.  LA GUIA MICHELIN En 1900 tuvo lugar en París la Exposición Universal. Se regala, a los pocos poseedores de un automóvil, 400 ejemplares de una guía de carreteras de Francia en la que figuran lugares en los que repostar, reparar el vehículo (principalmente los pinchazos que frecuentemente se producían por los clavos desprendidos de las herraduras de los caballos), telefonear, enviar cartas y telegramas, y comer y dormir. Esta guía era el sistema de promocionar los novedosos neumáticos con cámara creados por la marca «Michelin». Poco después, esta guía, con el nombre de la marca de neumáticos, fue profesionalizándose para dar información más exhaustiva de los servicios de hoteles y restaurantes. Comenzó así a utilizar su clasificación con estrellas, convirtiéndose en una autentica guía gastronómica, que se extendió a otros países; simplemente, figurar en dicha guía representa estar dentro de una élite de hoteles y restaurantes.  EL SIGLO XX El comienzo del siglo xx está marcado por los métodos de ESCOFFIER. 

  3. Escoffier reestructura la cocina clásica, adaptándola a los imperativos de la clientela de la época. Con él desaparecen los zócalos, se suprime el trinchado en la sala, simplifica las decoraciones y crea numerosos platos. Escoffier aumenta la complejidad del sistema de salsas, haciéndolas más especializadas:  velouté de ave,  velouté de ternera,  velouté de pescado, lo que multiplica el número de salsas.  Aparecen también las pequeñas salsas, de las que nacen a su vez más salsas. Se impone el respeto al sabor del producto. Con él desaparece el gran fondo o la bresa que servía para todas las carnes; de esta manera, la caza tenía su fondo de caza, cada plato de pescado, su fumet del mismo pescado, etc. Las guarniciones pasan a formar parte de la denominación del plato. Entonces, un producto, acompañado con unos elementos de guarnición determinados y una salsa concreta, tiene una denominación que lo identifica. Se realiza una estandarización de la cocina. En 1901 publica una obra que sería referencia en la cocina, la «Guide culinaire». En 1914, T. Gringoire y L. Saulnier pu- blican «Le Répertoire de la Cuisine», una guía que recoge, de manera telegráfica, alrededor de 7.000 recetas, que indica los ingredientes que las forman con un orden lógico y natural, con un vocabulario profesional y explica las técnicas de una forma que puedan interpretarse sin esfuerzo. No se trata, según los autores, de una obra definitiva, sino que está abierta al devenir próximo de la cocina. Está dedicado a Auguste Escoffier como maitre de la cuisine moderne.

  4.  La vida cosmopolita, la industrialización y la indiferencia de la clase burguesa llevará a una simplificación de la cocina. Pero, en la campiña se mantenía la cocina popular francesa. - EL SIGLO XX EN ESPAÑA En la España de principios de siglo, la influencia francesa es notable. Muchos de los menús ofrecidos en la corte de Alfonso XIII estaban redactados en francés y las elaboraciones que se ofrecían eran, en su mayoría, de influencia francesa. Cabe resaltar el pollo, normalmente asado que aparece en muchas minutas, como uno de los platos más apreciados. 

  5.  LAS GUERRAS:  La Revolución Rusa, la I Guerra Mundial, la Guerra Civil Española y la II Guerra Mundial dieron un mazazo al desarrollo de la cocina. Los grandes hoteles fueron a menos, los balnearios fueron rescatados por la seguridad social y una gran parte de la población quedó sumida en la pobreza. En España se crearon las cartillas de racionamiento para el abastecimiento de la población. Además de lo miserable de las raciones, el racionamiento contribuyó a la generalización del aceite y del arroz, que en ciertos momentos, junto con el pan, el membrillo, un terroso chocolate, etc., entraron a formar parte de la asignación que se otorgaba a la población. Antes de eso, en gran parte de España se cocinaba con tocino o con manteca de cerdo. Lo mismo ocurría con el arroz, cuyo consumo solo era generalizado en el área mediterránea. Publicar un libro de cocina en una época en la que el ingrediente común era el hambre, no parecía oportuno. Aun así, el gran cocinero catalán Ignacio Doménech publicó, al finalizar la guerra, «Cocina de recursos», donde aparecían recetas imaginativas para alargar y aprovechar los escasos recursos con los que se podía contar. De este prolífico cocinero y autor, destacan «La nueva cocina elegante española», que recoge numerosas recetas de cocina española e internacional, o la «Guía del Gastrónomo».
  6.  EL TURISMO: Las vacaciones pagadas que surgieron en 1936 posibilitaron a las clases obreras el pasar las vacaciones en zonas costeras, imitando a las clases aristocráticas que iniciaron el fenómeno turístico. Tras la recuperación de la última gran guerra, con las mejoras en los medios de comunicación y la popularización del automóvil, comenzó el auge del turismo. La proliferación de establecimientos hoteleros y de restauración en las zonas de asueto ha tenido un desarrollo que sigue en nuestros días. Pero no solo en las costas, sino también en las zonas de interior. Los establecimientos tuvieron que adaptarse a unas clases sociales más populares, pero que acudían en masa a una floreciente industria. Había que dar de comer a toda esa gente y se cocinaba aquello que se sabía hacer.
  7.  Esta situación produjo el resurgir de las especialidades regionales, pero de forma más profesionalizada. La cocina se democratizaba. Surgen las primeras escuelas de hostelería, que serán indispensables para formar al personal que trabaje en la hostelería y la restauración. La cocina clásica de influencia francesa convivía con la paella, el pescado frito, el gazpacho, el cochiniIlo, los chipirones en su tinta... Paralelamente a esto, el interés por el cuerpo humano y la salud, ya desde finales del XIX, la erradicación de enfermedades infecciosas, las mejoras en los hábitos de higiene, e indudablemente, la mejora en la alimentación han llevado a un aumento de la esperanza de vida y de la longevidad de las poblaciones pertenecientes al primer mundo. La diferencia entre la sociedad de finales del siglo XIX y la de mediados del XX es que: - en la primera se consumía lo que había, en función de la temporada, la región en la que se vivía y de la posición social. Las hambrunas en España eran frecuentes debido a sequías, plagas, guerras, u otros factores; algo similar a lo que podía ocurrir mil años antes. - Y la sociedad de mediados del siglo XX hasta la actual, come lo que quiere. El problema actual es que no está del todo preparado para esto y los desarreglos alimentarios (bulimia, obesidad, anorexia) están a la orden del día.

  8.  HOY EN DÍA... Los adelantos tecnológicos surgen uno detrás de otro: la generalización de la conservación por frío en los ámbitos profesionales y domésticos, la minipímer, la cocción al vacío, los robots de cocina, las cocinas eléctricas, de inducción, etc., son elementos que día a van modificando la organización y estructura de la cocina. Los medios de transporte, junto con los adelantos en los sistemas de conservación y distribución de alimentos, llevan a globalización de la cocina; hoy día podemos disponer de productos de cualquier parte mundo con total garantía de frescura.
  9.  LA NOUVELLE CUISINE.  La Nouvelle Cuisine se produce como una revolución. Se dejan de lado las elaboraciones con exceso de grasa, demasiado sofisticadas e indigestas, y se busca lo natural, la simplicidad, la preocupación por la dietética. Se establecen los principios de la frescura de alimentos, los aderezos ligeros y la sencillez en las formas de cocción, desterrando las zonas con harina, el exceso de grasas y las mezclas pesadas. Esta corriente gastronómica, nueva ética en la cocina, producto de la línea de trabajo o del marketing de la cocina francesa, fue promovida por los críticos Henry Gault y Chistian Millau, para relanzar la cocina, de la mano de jóvenes chefs. El abanderado de la Nouvelle Cuisine fue Paul Bocuse, que siguió los postulados de los verdaderos pioneros de esta revolución, André Pic, Alexandre Dumaine y, sobre todo, Ferndinad Point. EL EMPLATADO En 1967 se produce un cambio en el servicio. Michel Gerard impone el servicio emplatado, a lo que se suman nuevas invenciones de platos por parte de cocineros que rompen con las reglas de la edad de oro de la gastronomía francesa: Michel Guérard, Joél Robuchon, Roger Verger, Michel Bras, Alain Chapel, Alain Duchase, Pierre Gaignair, Loiseau, Marc Veyrat, etc. han promovido el gran cambio en la cocina hasta nuestros días.

  10.  LA COCINA DE MERCADO Paul Bocuse es el autor de «La Cuisine du Marché», en donde mostraba su filosofía de trabajo, basando sus elaboraciones en lo mejor que encontraba en el mercado, elaborando sus menús sin nada preestablecido. Este libro se publica en España bajo el nombre «La Cocina del Mercado». Incluye un apéndice de un cocinero vasco, Juan Mari Arzak que, junto a los denominados «once magníficos», encabezaba la nueva cocina vasca. Estos cocineros intercambiaban recetas, técnicas, modos de trabajo, sin competencia entre ellos. Esto solo podría dar un resultado: el éxito de su cocina. El tirón de Arzak arrastró a nuevos cocineros que reinventaron las cocinas territoriales con lo mejor de cada región: Martín Berasategui, Pedro Subijana, Manuel de la Osa, Pepe Rodríguez, Adolfo Muñoz, Santi Santamaría, los hermanos Roca y muchos más que saldrían al final del siglo XX. 

  11. FERRAN ADRIÁ: Pero en algún momento surge Ferran Adriá, cuya cocina está en constante evolución. Rodeado de una enorme expectación mediática, cuenta con un gran equipo y utiliza técnicas innovadoras que lo han llevado a ser considerado como el número uno del mundo. El fenómeno Adriá ha creado escuela; toda su filosofía, sus técnicas y sus investigaciones están publicadas y puestas al alcance de todo el mundo. La reconstrucción, las espumas, los raviolis, las esferificaciones, las nuevas texturas, la utilización del nitrógeno líquido, aires, etc., han supuesto una revolución en las técnicas culinarias, con nuevos adelantos en la maquinaria y en las herramientas de cocina. Aunque la cocina de Ferrán es una cocina de vanguardia, una forma de puesta en escena muy cuidada de nuevas técnicas, y productos, no es un modelo a seguir, sino una fuente de la que tomar ideas y técnicas para convertir la cocina en lo que debe ser, un respeto por el producto más que por la técnica. Es lo que hemos visto a lo largo de toda la historia de la cocina: siempre se busca el mejor producto y lo demás es accesorio y variable a lo largo de la historia. La evolución nos ha llevado a la conclusión de que la cocina no es más que producto y técnica. Las etiquetas, modas y devaneos alrededor de una cocina son solo aditamentos pasajeros. Las próximas corrientes culinarias podrán basarse en los principios que quieran, pero si extraemos el final, tan solo nos quedará la búsqueda del mejor género y la aplicación de la técnica que sea más respetuoso con él.

  12.  MOVIMIENTOS GASTRONOMICOS En la última mitad del siglo XX, el periodismo gastronómico necesita etiquetar o definir las distintas tendencias que se observan en la evolución de la cocina. El poner un nombre a cada una de las tendencias no consiste en clasificar ni en encasillar porque sí; cada una de estas corrientes tiene lugar en distintos períodos de tiempo y han ido marcando los tiempos de la revolución en los fogones desde que surgieron los primeros movimientos hasta nuestros días. 

  13. Cierto es que una clasificación que me resultó curiosa fue la que denominaba slow-food a todo aquello que significaba el comer despacio y bien atendido, y que fue acuñada como contraposición al fast-food. - Fast food. La denominación fast-food tiene su origen tras la II Guerra Mundial en los restaurantes que la cadena Howard Johnson" s estableció en la recién creada red de carreteras en Estados Unidos. Se trataba de restaurantes para viajeros y transportistas, donde lo que se pretendía era un servicio rápido para continuar el viaje. Por extensión, el fast-food o comida rápida es un sistema de restauración adaptada a ofrecer un servicio rápido y económico, para cubrir unas necesidades nutricionales. Está dirigido a personas que tienen poco tiempo para comer o unos recursos limitados. - Slow-food. Aunque su traducción exacta sería comer despacio, su verdadero significado es disfrutar de la comida, es decir, el placer de degustar la comida acompañada de un buen servicio. Aquí los productos, el servicio y el resto del entorno juegan un papel primordial, lo que su-pone un precio más elevado que si lo comparamos con los establecimientos de fast-food. Aquí cabría la frase de Santi Santamaría, «yo no cocino para alimentar, cocino para emocionar». Entre las tendencias, corrientes o movimientos gastronómicos que han quedado definidos a lo largo de los últimos años destacan: la Nouvelle Cuisine, la cocina moderna, la cocina de producto, la cocina de autor, la deconstrucción en la cocina, la cocina de fusión, la nueva cocina regional, la cocina molecular, etc., sin límites ni fronteras entre ellas, y con principios que resulta encasillar a un cocinero en cualquiera de ellas. Como veremos, muchas son derivaciones o evoluciones de una en otra, en función del paso del tiempo, porque son los propios cocineros que van a la vanguardia de la cocina los que marcan la evolución, y los periodistas los que se encargan de etiquetarlos

  14.  La imaginación en los fogones: esto nos da pie a realizar elaboraciones nuevas con los productos de la región, creando así una nueva cocina regional basada en la co- cina regional de antaño y, por supuesto, siempre con el dominio de las técnicas básicas. - Las innovaciones tecnológicas: las técnicas de frío, los hornos de convección- vapor, el envasado al vacío, los robots de cocina, los silpats, y un largo etcétera de utensilios que simplifican las técnicas y mejoran los sistemas de conservación y cocinado de los productos. 

  15. El retorno a la cocina de mercado: volver a los productos de la tierra y en la mejor época de sazón, sin desdeñar otros productos de fuera que, gracias a los sistemas de transporte y conservación, nos llegan en perfectas condiciones y que complementan la oferta del mercado.

  16.   La profesionalización: el conocimiento de normas de dietética y nutrición sumado al conocimiento de los productos, su tratamiento y los métodos de cocinado, llevan sin duda al éxito. - La primacía del producto original: basada en sistemas de cocinado sencillos que no alteren su sabor original y la reducción de las cocciones para preservar aromas, sabores y texturas. «Que cada cosa sepa a lo que es». - El aligeramiento de las comidas: reducción del exceso de grasas, eliminación de las salsas espesas sustituyéndolas por jugos o fumets y ligera condimentación, lo justo para que el recuerdo de una comida no sea una pesada digestión. - El empleo de frutas y verduras: que juegan ahora un papel importante por su variedad de sabores, formas, colores y texturas, además de combinar con todo tipo de productos, ya sea en ensaladas, como guarnición, en salpicones, postres, etc. 

  17.  La revolución de las bebidas: los vinos jóvenes ligeros y afrutados combinan muy bien con platos más ligeros, sustituyendo también a los clásicos cócteles de aperitivo. Hay que decir también que los grandes reservas siempre serán los máximos exponentes de la bodega de un establecimiento. - La influencia oriental: ha llevado a las elaboraciones cuidadosamente emplatadas en la cocina, con diferentes texturas, colores y sabores, que se complementan de manera armónica. - Aparición de menús largos y estrechos: también de influencia oriental, en donde en menores porciones podemos degustar más platos de la carta en lo que se conoce como Menús de degustación.

  18.  La diferencia que encontramos entre la cocina moderna y la Nouvelle Cuisine, si bien son básicamente lo mismo en diferentes períodos de tiempo, es que la Nouvelle Cuisine marcó la línea a seguir, y aquellos que siguieron el camino correcto hicieron una cocina moderna y adecuada. El problema surgió cuando a esta necesaria revolución se arrimaron muchos desaprensivos que, con excéntricas elaboraciones, presentaciones simétricas y faltos de toda técnica y sentido común, convirtieron a la Nouvelle Cuisine en una etiqueta en la que se refugiaron presuntos cocineros de dudoso pelaje, lo que trajo consigo el descrédito de este movimiento. Lo que posteriormente se llamó Cocina moderna fue el camino seguido y perfeccionado por las líneas básicas que trazó la Nouvelle Cuisine bien entendida. 

  19.  LA COCINA DE AUTOR: La Cocina de autor es la actual Cocina de vanguardia. Es el último eslabón de la cocina moderna. Ir a la vanguardia significa adelantarse a los acontecimientos y exponerse a la crítica; si esta es favorable y perdura se convierte en un movimiento al que se suman muchos seguidores e imitadores, pero si fracasa o no tiene aceptación, se convierte en una moda pasajera. Los cocineros de vanguardia son conscientes de ello y, a pesar de todo, ponen su imaginación y su técnica al servicio de la gastronomía. La Cocina de autor no puede tener unas características concretas, sino que está abierta a la imaginación, experiencia y posibilidades del cocinero. Cualquiera puede hacer cocina de autor; pero hacerla bien, que emocione, que satisfaga, no está al alcance de todos. Entre aquellos que han dado a conocer sus métodos de trabajo y aquellos a los que al ver su obra, se les adivina, se pueden hacer algunas clasificaciones que nos pueden servir para nuestras propias creaciones.


lunes, 21 de marzo de 2016

Historia de la cocina 2 parte

LOS PUEBLOS BÁRBAROS Para los griegos, los pueblos bárbaros eran todos aquellos no incluidos en su civilización. Más tarde, los romanos adoptaron esta misma denominación para aquellos pueblos ajenos al Imperio: godos, suevos, francos, vándalos, alanos, germanos, etc. Eran pueblos rudos. Algunos eran nómadas -en mayor o menor grado- y otros eran obligados a asentase en territorios propicios, a veces impuestos por los propios romanos. Eran cazadores, ganaderos y recolectores, cuando no guerreros y expoliadores. Aquellos que practicaban lo agricultura, lo hacían de un modo muy rudimentario, cultivaban avena, cebada y, más tarde, el trigo. Aprendieron las técnicas de panificación y elaboraban distintos tipos de cerveza. Los galos dominaban el arte de salar y ahumar las carnes, sobre todo de cerdo, elaborando jamones muy apreciados en Roma. El cocinado de las carnes consistía en colocar las piezas en un palo y calentarlas al fuego o directamente sobre las brasas, acompañadas con un poco de pan y abundante cerveza. En las zonas fluviales o costeras, los pescados también formaban parte de la dieta. 1.9- LOS VISIGODOS EN ESPAÑA Con la caída del Imperio Romano sobrevino la invasión de lo que había sido el Imperio por parte de los hunos, ostrogodos, suevos, vándalos, alanos, etc., que se dedicaron a conquistar, saquear y arrasar los territorios. Luchaban entre ellos sembrando el caos y la destrucción por donde pasaban. Finalmente, los visigodos, un pueblo con influencias de la cultura romana, se asentaron sobre los territorios de la Península Ibérica. En el año 589 el rey Ricardo abrazó el catolicismo, lo que determinó la unidad religiosa del reino. Los visigodos mantuvieron las instituciones del pueblo hispanorromano, sobre todo la iglesia. Con la llegada de los visigodos se produjo una vuelta de la gente al campo, lo contrario que pasó con la romanización; las gentes preferían el entorno rural donde se podía llevar una vida al aire libre con tiempo para la caza.

 En la Hispania visigoda se comía lo mismo que en la época romana. Los cereales eran la base de la alimentación y se empleaban para elaborar papillas, gachas con legumbres y harina, y diversos tipos de panes. Su afición por la carne les hacía tener, en orden de importancia, cerdos, ovejas y vacas, además de aves cebadas. Al igual que otros pueblos bárbaros, no se acostumbraron al aceite de oliva y preferían las grasas de origen animal. En el huerto se cultivaban fundamentalmente puerros, habas, guisantes, lentejas, garbanzos, altramuces, lechugas, achicorias, acelgas y calabazas. Se les atribuye la introducción de las alcachofas, las espinacas y el lúpulo. Además, numerosos árboles frutales aportaban melocotones, ciruelas, peras, nísperos, cerezas, etc. En los conventos se rendía culto al buen comer. En ellos se recogían recetarios escritos en pergaminos, que eran las recetas de la época sujetas a las órdenes en las diversas épocas del año. 1.10-

LOS ÁRABES La invasión árabe de la Península tuvo lugar entre los años 711 y 718 d.C. Trajeron consigo unos sistemas de riego que modernizaron el campo, llevando una mayor prosperidad al pueblo. Se especializaron el cultivo del trigo y el olivo, que gozó de reconocida fama, así como de cítricos, frutales hortalizas. Las uvas eran una de las frutas preferidas. Se consumían frescas o convertidas en pasas y, pese a las prohibiciones del consumo del vino en la cultura islámica, existía activo comercio del mismo. El ganado ovino tenía una gran importancia, y tenían muchas formas de cocinar el cordero. El cerdo era considerado como un animal inmundo y despreciable, prohibido por su religión; sin embargo, los mozárabes seguían criándolo y consumiendo su carne. Los dulces dejaron una gran huella en nuestra cultura; la utilización de miel y la almendra daban una repostería muy reconocida.

 La pasta, según Néstor Lujá fue traída de Asia Oriental por los árabes, que la llevaron tanto a España como a Sicilia en tiempos anteriores a Marco Polo. La pasta también tardó en ser asimilada por la población, aunque en el libro de Ruperto de Nola ya se recoge una receta de fideos. 1.11- LA EDAD MEDIA Los métodos de cocinado en la Edad Media eran limitados. No se tenía dominio de cocción de las hortalizas, por lo que se cocían brevemente, también para ahorrar leña, resultaban poco apetecibles e indigestas. Las carnes, según se indica en las recetas de “Le Viander” (primer libro de cocina francés) atribuido a Taillevent, y publicado en el siglo XII, hervían antes de asarse; de esta manera se evitaba el mal sabor que podrían tener las piezas oreadas para su maduración, siempre a temperatura ambiente, a la vez que se prevenían las intoxicaciones alimentarias. Esta práctica también puede encontrarse en algunas recetas del «Libro de Guisados, Manjares y Potajes o Libro de Cocina» (1529) de Ruperto de Nola, (editado primero enlengua catalana en 1477), aunque aparecen otras recetas en las que la carne se sofreía con tocino o manteca o se asaba directamente. Esta práctica se mantuvo hasta el fin del siglo XVIII.

En ambos libros se habla mucho de las especias, que distinguía la cocina de los ricos de la de los pobres. Hay que hacer ver que los libros de cocina de la época reflejaban lo que se comía en la corte, no en el pueblo. 1.12- LA RECONQUISTA La reconquista duró varios siglos, en plena Edad Media, y culminó en 1492 con la conquis- ta de Granada. La expulsión de los judíos motivó que, aquellos que se convirtieran a la religión cristiana, hicieran alardes de utilización de productos del cerdo en su cocina; de ahí que una gran parte de la dulcería de origen árabe pasara a realizarse con manteca de cerdo. 1.13- EL DESCUBRIMIENTO DE AMERICA En ese mismo año, una expedición en busca de una nueva ruta a las Indias, dando la vuelta al mundo, bajo la teoría de que la tierra era redonda, dio con el descubrimiento de un nuevo continente. El descubrimiento de América supuso una nueva revolución en la alimentación humana. La codicia en busca del oro y otros tesoros no permitieron ver el verdadero oro de América: el maíz, la patata, las judías, el pimiento, el tomate, el café, el cacao, la caña de azúcar, etc. Son productos tan habituales en la dieta de hoy en día que cuesta imaginar la alimentación sin ellos. Como contrapartida, también se llevó allí el ganado vacuno, el caballo, las ovejas, las cabras, las gallinas y el cerdo, además de frutas y hortalizas. Fue un corto período histórico en el que en la cocina se fusionaron productos procedentes de los cuatro continentes conocidos y se desarrollaron unas cocinas que han perdurado hasta nuestros días. El posterior descubrimiento de Australia no tuvo, gastronómicamente hablando, ninguna aportación reseñable al resto del mundo. Como ya hemos mencionado, el Descubrimiento de América trae el maíz, la patata, el tomate, el cacao, el pimiento, etc.

El maíz se extiende rápidamente porque permite hacer pan. - Costó más introducir la patata, pero una vez introducida, se convirtió en la base de la alimentación. Esto provocó una malnutrición como consecuencia del desequilibrio en la dieta. Las gachas seguían siendo la comida de los pobres desde siempre. Con la incorporación de estos cultivos, en España se distinguen tres zonas: - España seca: se cultivaban la cebada y el trigo (para hacer panes) y las legumbres. - España húmeda: en la Cornisa Cantábrica destacaban el mijo, las berzas, los nabos, y en algunas zonas, el olivo y la vid. También cultivaban habas, que usaban para hacer gachas. Entra el pimiento y revoluciona la comida popular con el invento del pimentón, que se utiliza, además, como hortaliza.

El tomate revolucionó también la cocina (para el gazpacho) aunque no lo utilizan las clases nobles. En Asturias se introducen las alubias. El maíz revolucionó los cultivos para paliar el hambre producida por el aumento de la población y se empleaba para pan y gachas. Aparecen también las empanadas. - España de la huerta: territorios de influencia árabe, por los cultivos. También se dan pescados del Mediterráneo. De aquí surgen, en su momento, la paella y los cocidos, que son una derivación de la adafina que es un guiso judío para el Sabbat.

 EL SIGLO DE ORO El Siglo de Oro en España refleja una época de poder del Imperio español, con tierras en todas partes del mundo, aunque como en todas las épocas, hay pobres y ricos. Donde más empiezan a aparecer productos del Nuevo Mundo es en la corte, aunque poco a poco. Los monasterios también viven una época de esplendor y por sus cocinas fluyen todo tipo de alimentos para deleite de los monjes. Especial fama cobró el monasterio de Yuste, donde pasó sus últimos días el emperador Carlos I; pero también destacaron los de Alcántara, Montserrat, Ripio, las Huelgas, Silos, Guadalupe y muchos más. En este último se llegaban a dar hasta mil quinientas comidas diarias a los peregrinos que allí acudían. Del monasterio de Alcántara, las tropas francesas a cargo del general Junot sustrajeron un famoso recetario, que se envió como regalo a su esposa. Como anecdótico cabe recordar que, años después, Escoffier incluyó en «Le Guide culinaire» la receta del Faisán al modo de Alcántara; y curioso resulta comparar la tan afamada sopa de cebolla que hacen en Francia, si la comparamos con la extremeña sopa de canónigos (entendiendo el canónigo como figura eclesiástica), elaborada a base de capas intercaladas de cebolla y pan con un poco de queso, remojado con leche de cabra y dejándolo cocer largamente en el horno.

De está época destacan las publicaciones del anteriormente referido «Libro de Guisados, Manjares y Potajes» (1529) de Ruperto de Nola, «Arte de Cocina, Pastelería, Bizcochería y Conservería» (1763) de Francisco Martínez Montiño y «El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha» 1609 y 1615 de Miguel de Cervantes. Este libro de aventuras caballerescas publicado en dos partes refleja los usos y costumbres de distintas clases sociales a la hora de comer. La olla podrida es el plato emblemático de la cocina española. El término «podrido» viene de poderío, y se traduce en un cocido en el que tiene cabida, cuanto más, mejor. Era el plato con el que se agasajaba a los dignatarios en las comidas de estado. 1.15- EL RENACIMIENTO Durante el Renacimiento, España, poco a poco, fue perdiendo su poderío y fueron Fran- cia e Italia las naciones dominantes en Europa.

La cocina de los Medici (la cocina Florentina), es uno de los momentos áureos de la cocina en el mundo. Las mujeres y los hombres de los Medici contrajeron matrimonio con distintos personajes de otras partes de Europa y llevaron con ellos a sus cocineros, algunos de ellos chinos. La ancestral cocina china era de alta calidad. Se llevaron a sus cocineros y con los productos que encontraban iban creando el germen de las cocinas, la cocina francesa, la cocina italiana, etc. Las mejores cocinas se centran en el área mediterránea y en la cocina oriental, concretamente la cocina china. En las cocinas europeas se produce un refinamiento, tanto de las normas a la mesa, como de los medios en las cocinas y las nuevas elaboraciones.

 La repostería italiana goza de grandes maestros en el arte de las confituras, turrones, mazapanes y gelatinas. Pero la mayor aportación es en las formas; en la mesa aparecen más utensilios y ya no se comparten platos o cubiertos. Aparece el tenedor en la mesa y el comer con los dedos pasa a ser un acto grosero y de mal gusto, y se cambian las copas de plata o estaño por vasos o copas de cristal de Murano. Por otro lado, los productos del Nuevo Mundo son acogidos, primero en España y en Italia, antes de pasar a Francia. Las patatas, con vanos intentos de utilizarse en panificación, tardarán más tiempo en pasar a formar parte de la cocina francesa; sin embargo, el chocolate o el café causaron furor de inmediato. 1.16- EL SIGLO XVII En el siglo XVI tiene lugar el nacimiento de la gran cocina francesa. Durante el siglo anterior, el comercio de especias aumentó y, por tanto, descendió su precio, lo que las puso al alcance de cualquier mesa burguesa y dejaron de ser un artículo de lujo. Ocurría lo mismo con los productos exóticos, con lo cual, la cocina tenía que reinventarse, cambiando en los siguientes aspectos:

· Desciende el consumo de especias y productos exóticos. · Aumenta la complejidad en las elaboraciones con un refinamiento y perfeccionamiento de las técnicas. · Se amplía el concepto de salsas. Se perfeccionan las mismas y tienen un tratamiento aparte en los libros de cocina. Antes formaban parte del plato y se preparaban a base de vinagre y especias.

 ·Se consigue una mayor perfección en las ligazones. Anteriormente, los majados y 1 migas de pan remojadas y las yemas eran los elementos de ligazón más comunes. Pero aparece el roux y la reducción por evaporación para espesar la salsa.
·Aparecen los desglasados para la elaboración de jugos ligados para acompañar a los asados.

·Se respeta el sabor de los alimentos, para que cada cosa sepa a lo que es.

·Aparecen las mousses, como refinamiento extremo. El alimento se ingiere sin la necesidad de masticar, con la complicación que entraña el no disponer de trituradora ni medios de los que disponemos en la actualidad. Se hacían a base de tamiz y mortero.

·Se incorpora un servicio cada vez más refinado, con todos los platos servidos a la mesa en un orden muy preciso, al igual que se da gran importancia a la disposición de los comensales. En esta época se publica «L'Art de bien traiter», cuyo autor se esconde bajo las siglas L.S.R. En este libro se explica cómo debe ser una cocina y el equipamiento que debía tener. Incluye algunas recetas de cocina, que aunque sin medidas, cuida los procesos con finura y sencillez en los aderezos.

EL SIGLO XVIII El siglo XVIII se populariza la patata gracias a Antoine-Auguste Parmentier, lo que ayudó a que se superaran las hambrunas de la época y a que hoy forme parte de nuestra alimentación. Es también en este período de tiempo cuando se empieza a denominar las nuevas creaciones con los nombres de huéspedes, personajes ilustres o miembros de la nobleza. A mediados de siglo surge la aparición de los restaurantes. Desde la Edad Media existían fondas, mesones y tabernas donde se podía comer, pero el concepto de restaurante surgió en Francia allá por 1756, donde un tal Boulanger abre un establecimiento en París, cerca del Louvre, donde sirve comidas.

El término restaurant viene de los caldos sustanciosos que «restauraban» a quien los tomaba. Como no tenía la condición de traiteur no podía servir potajes, pero en su lugar servía aves, huevos, etc. El servicio era en pequeñas mesas, lo que otorgaba cierta privacidad. Esto lo diferenciaba de las mesas comunes que podían encontrarse en otros establecimientos anteriormente referidos. Este tipo de negocio empezó a imitarse y se abrieron restaurantes en sitios próximos a zonas de ocio y esparcimiento.

 Los precios también eran más elevados, por lo que acudir a un restaurante daba cierto toque de distinción, ya que a ellos no asistían las clases populares. Paralelamente a ellos aparecen los cafés, en donde, además de cafés y chocolates, se servían pasteles, bebidas frías y sorbetes, y que admitían a las mujeres.

EL SIGLO XIX Con el comienzo del siglo XIX empieza la edad de oro de la gastronomía francesa. En su origen están aquellos cocineros que sirvieron a la aristocracia antes de la Revolución Francesa (1789). · Los cocineros que antes estaban al servicio de la nobleza se ven en la disyuntiva de seguir a sus amos al exilio, de pasar al servicio de la emergente burguesía o de abrir su propio restaurante. · Aquellos que eligieron salir al extranjero ayudaron a difundir las formas y el refinamiento de la cocina francesa.

 · La opción de pasar al servicio de las clases burguesas, muchos de ellos nuevos ricos que gustan de la buena vida, ofrece una buena manera de seguir ejerciendo dignamente la profesión. Pero la gran revolución fue la proliferación de los restaurantes. Estos nuevos ricos acudían con presteza a ellos, pero claro, no todos ellos conocían las reglas de la gastronomía aristocrática, el buen uso de los manjares, la elección de los vinos, las maneras a la mesa, etc. Esto dio con la aparición de la literatura gastronómica de la mano de Alexandre Balthasar que escribía bajo seudónimo de Grimod de la Reyniére. ( «Alman des Gourmands», “Jurados degustadores”, «Manuel des amphitryons») Por otro lado, surge la figura de Jean-Anthelme Brillat-Savarin, filósofo, músico y jurista, que completó su formación con estudios de química y medicina. Si Grimond de la Reyniére abrió el camino a la literatura gastronómica, Brillat-Savarin encaminó su trabajo a relacionar la cocina con la ciencia, recurriendo a sus conocimientos de medicina y de química. «Fhysiologie du goút» (1825) se publicó dos meses antes de la muerte de su autor, y su éxito fue inmediato.

NUEVOS TIPOS DE SERVICIO Hasta el momento, el servicio denominado a la francesa era lo que imperaba en las mesas. Las fuentes con las viandas se disponían a la mesa simultáneamente y con una cuidada simetría que permitía el libre acceso a las viandas a los comensales. Esto pudo mantenerse en las cocinas burguesas, pero en los restaurantes, con mesas sueltas, pocos clientes y el darles la posibilidad de elegir los platos que quieran degustar al momento, obliga a un cambio en el tipo de servicio. Así aparecen las cartas en los restaurantes; con ello se pone en práctica el servicio a la rusa. En este tipo de servicio, los alimentos se cortan y se decoran en la cocina y salen al comedor para presentarlos a los comensales que se sirven de ellos. Las piezas grandes se cortan en el comedor y se sirven en platos a los comensales. Las fuentes nunca se depositan en la mesa y las diferentes viandas tienen una sucesión a lo largo de la comida, al contrario que en el servicio a la francesa, donde todos los manjares se encontraban dispuestos sobre la mesa en los sucesivos servicios. El cambio suponía una huida de la ostentación que se hacía en los tiempos del dominio de la aristocracia y una mayor exigencia en el refinamiento en el servicio. Por el contrario, este sistema provocaba un cambio en la estructura del servicio del comedor y de la cocina. En la cocina las grandes piezas que salían al comedor estaban profusamente decoradas y tenían que demostrar el poderío del anfitrión y la destreza del cocinero. Con un servicio a la carta no había tiempo para esas decoraciones; además, se buscaba el punto más correcto de cocción de las viandas. Entonces surgieron una serie de recursos como los zócalos y las borduras hechas con purés y sémolas, costrones de pan frito u hojaldre, para realzar o revestir los alimentos y brochetas con coloridas guarniciones; el aumento y la sofisticación de las guarniciones hizo que se redujera el número de platos que se presentaban a los comensales. Aparecen las piezas frías, profusamente decoradas, lo que permitía que estas estuviesen a la mesa para deleite de la vista de los comensales. - ANTONINE CARÉME Antonine Caréme (1783-1833) aparece como uno de los cocineros más importantes de la época. Su formación como cocinero comenzó en una taberna con una cocina sencilla, pero más adelante pasó a trabajar con un pastelero-traiteur muy conocido, donde se hizo experto en piezas montadas. Entonces pasó a trabajar como extra con grandes cocineros y pasteleros de la época. Trabajó para el zar Alejandro 1 de Rusia, para el Príncipe de Gales, en la corte de Viena, en la embajada de Inglaterra, en el palacio de la Princesa Bragation, con Lord Steward y, por último, para el Barón de Rostchild. Durante este tiempo desarrolló un riguroso sentido de la organización, que le permitía organizar grandes eventos en lugares retirados de la ciudad con Caréme se puso al lado de la nueva aristocracia que necesitaba lujo y ostentación. Para ellos creó numerosos, espectaculares y refinados platos, como las chartreuses, complejas guarniciones, piezas montadas, artilugios decorativos, etc.

Se le atribuye la creación de los volauvent, los grandes merengues, el desarrollo de útiles de cocina, moldes, e incluso, la forma de los gorros de cocina_ Sus obras, «Le Pátissier Royal», «Le Pátissier Pittoresque», «Le Maitre d'hótel Francaise», «Le Cuisinier Parisien» y «Le Cuisinier Francaise au 19 siécle», publicado en cinco volúmenes, los dos últimos de forma póstuma por su amigo Plumeray, dejan sentadas las bases de la cocina moderna.